¡Marchando una de croquetas!

Vecinos del barrio, ciudadanos venidos de extramuros malasañeros, visitantes, turistas y cualquier persona ávida de saborear las mejores croquetas de Madrid: bienvenidos a Casa Julio.

Puede que ya hayan oído hablar de él pero no, no es que su fama le preceda... es su sabor (concretamente el de sus croquetas) el que lo hace. Un local pequeño, con encanto y apenas cinco mesas -y algo más de espacio en la barra- se sobra y se basta para colgar cada día el simbólico cartel de 'no hay aforo' gracias a elaborar, como nadie, ese plato que parece que nadie (excepto Julio, claro) sea capaz de preparar como lo hace la abuela de cada uno.


Muchos famosos -como el cineasta Guillermo del Toro, Bono (el cantante de U2, no el político manchego), el actor Santiago Segura o las también actrices Elena Anaya o Lola Dueñas- han pasado por este local que lleva abierto, como muestra con orgullo una de sus paredes, desde 1921. Ni la Guerra Civil, ni el régimen franquista cesaron en el empeño de esta familia a la hora de convertirse en los reyes de la croqueta.

Jamón, queso azul, setas con puerro, morcilla con membrillo, espinacas con pasas y queso gorgonzola... son algunos de los ingredientes que dan vida a tan suculento plato que cada día atrae a modo de peregrinación gastronómica a cientos de personas. Dicen que quien prueba, repite (y aquí está quien redacta para dar fe de ello), y es que aunque pueda parecer un delito tipificado en el código penal acudir a Casa Julio y no pedir unas croquetas... no sólo de este plato vive el local. Los enemigos acérrimos de este manjar ovalado cuentan con otros platos en la escueta carta para su uso y disfrute como huevos rotos, pincho de tortilla, papas con mojo picón o albóndigas. No están mal pero... la croqueta es el rey y la bechamel la reina en este pequeño reino malasañero donde, según dicen, cada viernes (y previa reserva) se prepara un cocido que dicen es de chuparse los dedos (teniendo en cuenta que las tradicionales croquetas se preparan de las sobras del cocido... debe serlo). Habrá que probarlo.


Lo mejor:

1. Saborear unas croquetas mientras te tomas una caña bien tirada o una copita de vino. MAGNÍFICO
2. Buen ambiente. Genial para acudir con amigos o pareja un día que te apetece comer de tapeo.
3. El precio es apto para bolsillos maltrechos (12 croquetas= 10 euros)
4. Está abierto todos los días (recomendable acudir entre semana para evitar aglomeraciones)

Lo peor: 

1.  Acudir de jueves noche a domingo puede convertirse en una misión imposible pero si no hay otro remedio... merece la pena tratar de hacerse un hueco entre la marabunta a cambio de una croqueta. Consejo: para coger buen sitio, mejor ir hacia las 20.00 horas.

Más información en:  http://barcasajulio.com/ 
Calle Madera, número 37