Mesitas con manteles de cuadros, parras e imágenes de lejanos enclaves regidos antaño por Zeus hacen de este espacio un lugar único con un regusto mediterráneo-kitsch realmente fascinante. Mediterráneo, porque es griego, kitsch... porque como ocurriera con la cultura autóctona del país, cuna de la historia, el esplendor de otros tiempos ha dejado de lucir. Las mesas completamente repletas que se observan en el vídeo publicado en la página web del local, y que dejaban entrever un restaurante bullicioso, han dado paso, más bien, a un restaurante íntimo. Sin demasiado alboroto. (A pesar de que sigue ofertándose como restaurante ideal para despedidas de soltero y demás eventos festivos).
La carta continúa siendo su principal atractivo: musaka, humus, quesadilla de tonos (un plato hecho a base de pan pita, queso feta y verduras), keftedes (unos sabrosos rollitos de ternera picada), brochetas de carne y muchos muchos muchos platos con berenjena, pepino y queso feta como sus principales ingredientes completan esta carta rematada (como no podía ser de otro modo) con los postres tipo de estos lares.
Miel, almendras y mucha mucha azucar hacen de estos postres el sueño de cualquier dentista. Abstenerse de probarlos diabéticos y personas poco amigas de los dulces empalagosos, y es que como ocurre en su vecina Turquía, eso de los postres para 'rebajar' no se estila en las tierras de los dioses del Olimpo.
Su verdadero sabor se remata las noches de jueves, viernes y sábado con una presentación de danza sirtaki (una danza popular de origen griego) y la recuperación de la tradición kefi: romper platos a base de lanzarlos contra el suelo como símbolo de la buena suerte. Aunque en las bodas griegas se lleva a cabo al más puro estilo discóbolo, en la Taberna griega prima la cordura. No interesa herir a ningún cliente.
Lo mejor:
- Comida de la dieta mediterránea: Verduras, queso, carne y pan de pita. Sin fritos y con mucho sabor.
- El servicio, rápido y amable.
- El espectáculo: divertido, sobre todo si participa el público. Ver a un japonés bailando sirtaki no deja de ser curioso.
- Tiene un buen horario y no suele haber problemas para conseguir mesa.
- Aunque no es cadena, el lado mercantilista (y su pérdida de encanto) se refleja en las parras de plástico (made in Taiwan) que decoran el local.
- Si eres de los que miran la pela... no es un lugar para ir a diario. Aunque está bien calidad precio, los 15-25 euros no te los quita nadie.
Más información: http://www.tabernagriega.com/ o al teléfono: 91 532 58 97 - 691 838 745
Calle Tesoro, 6. 28004. Madrid
Ideal para comenzar una noche malasañera
ResponderEliminary enfrente del Groovie!!
ResponderEliminarJo, me encanta el sitio pero soy de los que miro la pela y creo que no podré ir de momento... Pero es genial que Malasaña encierre estos lugares y que tú los descubras. Por ejemplo, no lo sabía y creo que ¡Hay mucha gente que igual tampoco lo sabe!
ResponderEliminarahhhhhhhhhhhhhh nochevieja en malasañaaaaaaaaaaaaaaaa yaaaaa