Me apaña Malasaña

Un blog sobre ocio, negocio y demás actividades interesantes y lúdicas a realizar en las inmediaciones de Malasaña.

Se lleva la Palma es un espacio abierto a la oferta cultural y ociosa de uno de los barrios con más solera de Madrid: el distrito Universidad, el barrio donde se gestó la Movida madrileña y que, años más tarde, sigue siendo epicentro de moderneo, actualidad y nuevas tendencias.

Showrooms chics, teatros alternativos, tiendas de diseñadores novéles, bares cañís, bares modernos, discotecas, tiendas de discos... Todo esto y más es Malasaña. Malasaña me apaña.

Se lleva la Palma es tu espacio si lo que quieres es estar al día de la actualidad malasañera en general y de qué poder hacer cualquiera de la semana.

Se lleva la Palma lleva su nombre en honor a la calle La Palma (una de las vías más conocidas del barrio) pero es un blog donde exposiciones, actividades y lugares interesantes de otros barrios también tienen cabida dentro de su apartado Extrarradio.

Por todo esto... ¡Déjate llevar por la Palma!


lunes, 22 de noviembre de 2010

Calidad versus Cantidad: cuando el tamaño del plato importa


¿Quién no conoce el Boñar de León? Uno de los bares más típicos de Madrid se encuentra situado en uno de los callejones que conforman el barrio de Malasaña. Se trata de un local que no cuenta con excesiva publicidad, cuya fama no siempre es buena pero cuyo nombre le precede. Y es que... ¿Quién no ha ido alguna vez apurado de pasta y ha ido a que le alimenten en el Boñar?

Cañas grandes y bien tiradas. Público pintoresco (mayoritariamente joven en su interior versus personas más mayores del barrio en la barra) con un rasgo común: ir justo de pelas, conforman la 'parroquia' que acude a este bar que tiene tantos amigos como enemigos. Porque hay quien lo prueba y repite... y hay quien va y no vuelve jamás. Cuestión de gustos (o de aprensiones), claro. Y es que las personas con gran amor a la higiene, más vale que se abstengan porque pulcro lo que se dice pulcro... no es el Boñar.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Sí... Teruel existe

Porque el moderneo de Malasaña no está reñido (sino más bien muy bien avenido) con los grandes clásicos... uno de los reyes del barrio es sin duda las Bodegas El Maño. Las cañas fresquitas y bien echadas de Mahou y el vermú de grifo se llevan el palmarés en lo que a top one de ventas se refiere en este local que destaca por su caracter costumbrista y castizo.

Las tinajas donde antiguamente se guardaba el vino para dejar que cogiera cuerpo están ahora como elemento decorativo que dota de carácter al local. Las pequeñas mesas de mármol se llenan enseguida. Y muchas veces la barra también se queda pequeña para una parroquia fiel.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Con la prensa hemos topado

No hay nada como levantarse temprano un domingo para hallar grandes descubrimientos. Locales donde el desayuno es un arte (en próximas entradas), noticias frescas en los kioscos, prendas vintage en los montones de todo a un euro del rastro (porque en los extramuros también hay cosas interesantes)... o grandes hallazgos en la red de redes. Hoy ha sido uno de estos últimos.

De un modo absolutamente casual ha aparecido en la pantalla el que aspira a convertirse en el diario digital de referencia de todo aquel que quiera conocer Malasaña como la palma de su mano. Como no podía ser de otro modo su nombre es Somos Malasaña. ¿Complicarse para qué?

Somos Malasaña es un periódico del barrio por lo que se trata de la herramienta web perfecta para conocer más información sobre lo que se cuece en esta zona del distrito centro. Noticias sobre actualidad malasañera, sobre la oferta cultural, comercios, life style... se pueden encontrar en este diario digital que cuenta, además con servicio de agenda, para aprovechar (aún más) la visita al barrio.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Va de retro... Malasañear

Pero no sólo de cañear vive el barrio. Si algo caracteriza la zona de Malasaña eso es el 'moderneo' que se respira por los cuatro costados. Gafas de pastas, tatuajes, piercings, camisas de cuadros, vestiditos, mods, indies... y demás se mueven como pez en el agua en un barrio que cuenta con todo tipo de comercios a su servicio. 

Tiendas de jóvenes diseñadores (con los estampados más modernos) y de segunda mano (con el olor a neftalina aún impregnado) se entremezclan a la perfección entre las calles de Malasaña. Y es que para los amantes de la moda que buscan algo más que las habituales cadenas de ropa que copan la Gran Vía... Malasaña es shopping para cualquier bolsillo. Hoy Se lleva la palma se va de compras a Retro City.

Esta tienda de segunda mano cuenta, a diferencia de muchos comercios de este tipo, con precios medianamente asequibles. Mientras otros establecimientos se aprovechan de que las prendas son únicas asignando un coste no apto para bolsillos estrechos, comprarse un vestido en Retro City no pone en riesgo la economía del mes. No es la más barata pero tampoco la más cara... Y si se busca bien se puede encontrar la prenda perfecta.

Bolsos, zapatos (muchos zapatos), faldas, vestidos, abrigos, camisas, camisones, complementos... incluso algún que otro objeto 'decorativo' o de antaño en general (como puede ser alguna muñeca) pueden encontrarse en este comercio apto para ella y para él.

La época del 'armario'... variada. Ropa de los 60, 70, 80 e incluso algún vestido noventero. Para ellas: guatas, brillo, encajes, flores, lunares, estampados de todo tipo, largos, cortos... el tamaño de la tienda es proporcional a la cantidad de ropa que una persona (con paciencia y suerte) se puede encontrar. Y es que, a veces, rebuscar en Retro City puede ser como hacerlo en un mercadillo. Para ellos: la sudadera Adidas (y su estética alemana) es el rey. Con diversos modelos copando las perchas del local.




Lo mejor:
  1. Los dependientes son 'majos' y no te sientes observado/aniquilado mientras observas las prendas.
  2. Con paciencia y talento en la búsqueda de tesoros se pueden encontrar prendas de culto a un precio asumible.
  3. Está situado muy próximo a otro de los comercios de segunda mano más conocidos del barrio (el Templo del Sushu) por lo que se puede hacer una ruta cómoda sin necesidad de perder mucho tiempo en distancias.

Lo peor:
  1. El olor a naftalina nada más entrar. Las prendas no están lavadas (o al menos eso parece) y el olfato lo nota.
  2. El orden de la tienda resulta difícil de seguir. Encontrar una prenda en concreto requiere nociones de espeleología.
  3. A veces el ambiente puede pacar de demasiado moderno... 

lunes, 1 de noviembre de 2010

Jroña que jroña

Con la dieta mediterránea hemos topado. En pleno barrio de Malasaña, donde los bares castizos proliferan por cada esquina, un pequeño reducto de antiguas culturas pervive jroña que jroña... Que ¿de qué estamos hablando? Pues de la Taberna griega, por supuesto.

Mesitas con manteles de cuadros, parras e imágenes de lejanos enclaves regidos antaño por Zeus hacen de este espacio un lugar único con un regusto mediterráneo-kitsch realmente fascinante. Mediterráneo, porque es griego, kitsch... porque como ocurriera con la cultura autóctona del país, cuna de la historia, el esplendor de otros tiempos ha dejado de lucir. Las mesas completamente repletas que se observan en el vídeo publicado en la página web del local, y que dejaban entrever un restaurante bullicioso, han dado paso, más bien, a un restaurante íntimo. Sin demasiado alboroto. (A pesar de que sigue ofertándose como restaurante ideal para despedidas de soltero y demás eventos festivos).

La carta continúa siendo su principal atractivo: musaka, humus, quesadilla de tonos (un plato hecho a base de pan pita, queso feta y verduras), keftedes (unos sabrosos rollitos de ternera picada), brochetas de carne y muchos muchos muchos platos con berenjena, pepino y queso feta como sus principales ingredientes completan esta carta rematada (como no podía ser de otro modo) con los postres tipo de estos lares.

Miel, almendras y mucha mucha azucar hacen de estos postres el sueño de cualquier dentista. Abstenerse de probarlos diabéticos y personas poco amigas de los dulces empalagosos, y es que como ocurre en su vecina Turquía, eso de los postres para 'rebajar' no se estila en las tierras de los dioses del Olimpo.

Su verdadero sabor se remata las noches de jueves, viernes y sábado con una presentación de danza sirtaki (una danza popular de origen griego) y la recuperación de la tradición kefi: romper platos a base de lanzarlos contra el suelo como símbolo de la buena suerte. Aunque en las bodas griegas se lleva a cabo al más puro estilo discóbolo, en la Taberna griega prima la cordura. No interesa herir a ningún cliente.

Lo mejor:
  1. Comida de la dieta mediterránea: Verduras, queso, carne y pan de pita. Sin fritos y con mucho sabor.
  2. El servicio, rápido y amable.
  3. El espectáculo: divertido, sobre todo si participa el público. Ver a un japonés bailando sirtaki no deja de ser curioso.
  4. Tiene un buen horario y no suele haber problemas para conseguir mesa.
Lo peor:
  1. Aunque no es cadena, el lado mercantilista (y su pérdida de encanto) se refleja en las parras de plástico (made in Taiwan) que decoran el local.
  2. Si eres de los que miran la pela... no es un lugar para ir a diario. Aunque está bien calidad precio, los 15-25 euros no te los quita nadie.