Tiendas de jóvenes diseñadores (con los estampados más modernos) y de segunda mano (con el olor a neftalina aún impregnado) se entremezclan a la perfección entre las calles de Malasaña. Y es que para los amantes de la moda que buscan algo más que las habituales cadenas de ropa que copan la Gran Vía... Malasaña es shopping para cualquier bolsillo. Hoy Se lleva la palma se va de compras a Retro City.
Esta tienda de segunda mano cuenta, a diferencia de muchos comercios de este tipo, con precios medianamente asequibles. Mientras otros establecimientos se aprovechan de que las prendas son únicas asignando un coste no apto para bolsillos estrechos, comprarse un vestido en Retro City no pone en riesgo la economía del mes. No es la más barata pero tampoco la más cara... Y si se busca bien se puede encontrar la prenda perfecta.
Bolsos, zapatos (muchos zapatos), faldas, vestidos, abrigos, camisas, camisones, complementos... incluso algún que otro objeto 'decorativo' o de antaño en general (como puede ser alguna muñeca) pueden encontrarse en este comercio apto para ella y para él.
La época del 'armario'... variada. Ropa de los 60, 70, 80 e incluso algún vestido noventero. Para ellas: guatas, brillo, encajes, flores, lunares, estampados de todo tipo, largos, cortos... el tamaño de la tienda es proporcional a la cantidad de ropa que una persona (con paciencia y suerte) se puede encontrar. Y es que, a veces, rebuscar en Retro City puede ser como hacerlo en un mercadillo. Para ellos: la sudadera Adidas (y su estética alemana) es el rey. Con diversos modelos copando las perchas del local.
Lo mejor:
- Los dependientes son 'majos' y no te sientes observado/aniquilado mientras observas las prendas.
- Con paciencia y talento en la búsqueda de tesoros se pueden encontrar prendas de culto a un precio asumible.
- Está situado muy próximo a otro de los comercios de segunda mano más conocidos del barrio (el Templo del Sushu) por lo que se puede hacer una ruta cómoda sin necesidad de perder mucho tiempo en distancias.
Lo peor:
- El olor a naftalina nada más entrar. Las prendas no están lavadas (o al menos eso parece) y el olfato lo nota.
- El orden de la tienda resulta difícil de seguir. Encontrar una prenda en concreto requiere nociones de espeleología.
- A veces el ambiente puede pacar de demasiado moderno...
Estoy totalmente en desacuerdo contigo en lo peor. Te digo la razon:
ResponderEliminar1. Me encanta ese olor por Diosssssssss!! Es como una droga!!!
2. Me encanta la anarquía de las tiendas!! Así te sorprenden más!!!
3. Demasiado moderno?? Vete al elástico y lo fliparás!! jaja Si vas con algo de una tienda normal, te echannnnnnnnnnnnn!!!!!!
jaja
Para gustos... colores!
ResponderEliminarMe alegro que se genere opinión!! :-)